domingo, 18 de marzo de 2012

El desarmado contra el batallón.

Entonces, el cielo se llenó de naves espaciales, de muchísimas razas, de muchísimos rincones del universo. Todos unidos por un sólo objetivo, una sola reliquia, un único propósito; no algo, sino alguien.
El sonido era atronador, no había luna ni estrellas en aquella noche olvidada, luces de muchísimos focos iluminaban todos a la misma persona. Miles de naves, llenas del armamento suficiente para hacer explotar el planeta entero estaban apuntando todas al mismos objetivo; y la persona, aparentemente indefensa, a la que estaban apuntando, no hacía más que sonreír confiado a pesar de estar completamente . Entonces, la figura, solitaria sonriente y desarmada, alzó la voz, y pareció que el planeta entero se callaba para escucharle:

           "Me río de vosotros... ¿Quién va a matarme? Vamos, miradme: ¡No tengo plan, no tengo plan B, no tengo vuestras malditas armas! ¡Oh, y algo mas! NO TENGO NADA QUE PERDER, porque estoy COMPLETAMENTE SOLO, y sin NADIE que me espere para cenar o para felicitarme por mis hazañas. Así que, si vais a quedaros sentados en vuestras tontas naves espaciales con todas vuestras PEQUEÑAS Y RIDÍCULAS PISTOLITAS, ¿de verdad tenéis el valor de venir a por mí? ESTA NOCHE, sólo recordad cada oscuro día que os detuve, y ENTONCES, haced algo útil para atraparme... por orden, por favor. Dejad a alguien empezar primero."


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