viernes, 25 de enero de 2013

El Mapa del Viento.


Hay quien cree que el hecho de levantarse de la cama y obligarse a ser más que ayer le parece una tontería. Quizás sea algo que ya algunos habréis oído tantas veces que os parece tonto. Sin embargo, sé que algunos de vosotros todavía tenéis sueños, y creéis, al igual que creo yo, que el mero hecho de que amanezca tiene un sentido. Un sentido que da explicación al simple hecho de estar vivo para así poder levantarnos un día más.
Creo que las personas, el mundo, son algo muy grande que no podemos entender. Porque cada persona es un mundo, y si ni siquiera podemos entender el de cada uno, ¿cómo entender el de tantos que nos rodean? Si cada persona es un mundo, entonces cada ínfima y diminuta cosa que existe y que podemos sentir es distinta para cada persona. Es por eso que cosas como el que sea de noche o de día puedan tener tantísimos significados.
Aunque esto pueda parecer un caos, una confusión absoluta o un extraño punto de vista, en realidad es un hecho realmente precioso. Porque del mismo modo, la vida puede tener miles de millones de significados diferentes, de razones para vivirla. Miles de millones de razones para levantarnos cada mañana y ser un poco mejores… algo tan simple que se nos escapa.

Cada detalle, cada acto de odio, o de compasión y amor, construyen gota a gota nuestro futuro. Quizás alguien piense: “Un detalle sin importancia da igual, total, una gota no es nada…”. Claro que no importa. En realidad, una gota no tiene ningún valor en un océano. Pero, ¿qué es un océano sino el magnífico e inmenso resultado de miles de millones de gotas? 


sábado, 12 de enero de 2013

Él, Ella, y algo más que piel y huesos.

Sonríen, esta noche será de los dos.
Cae la tarde, cesan los ruídos, Él se prepara para encontrarse con Ella sobre la tarima. Ambos actúan esta misma noche, los nervios les crispan y la ilusión les alimenta. Ella luce hoy sus mejores galas, relucientes, como hecha de destellos y de azabache. Los enamorados no se han visto en todo el día, esperarán a verse por primera vez en la sala, iluminados por las luces en el silencio, así la magia es mayor en el encuentro.

Él se abrocha el traje, su pelo negro como la noche y su mirada dulce como un beso robado. Ella se estremece, impaciente por notar el suave tacto de Él en su cintura sobre el escenario, ansiosa por el momento.
Y el momento, finalmente llega.

La sala se llena. De gente, de silencio y de oscuridad. Todos contienen el aliento. Se enciende una única luz, en el escenario. Ante el aplauso del público, ambos caminan hacia la luz. Él y Ella sonríen como el primer día cuando se ven, se encuentran, y la magia les inunda bajo la luz del foco. Él la sujeta, con dulzura pero con firmeza, Ella se deja llevar hacia Él. Y comienza algo que nadie de la sala podrá olvidar jamás...
Él comienza a mover los dedos por las cuerdas de Ella, los sonidos salen de su madera. El arco del violín surca el aire como un águila surca el cielo de la noche, Ella canta desde el corazón de Él el suave vals, ambos se encuentran como uno solo.

 La luz del foco ilumina unas letras doradas escritas sobre el violín: "Ella".

 El público se emociona ante el espectáculo que jamás habrían creído ver en vida. Y todos comprenden que
no conocería nadie mayor amor que el que veían ante ellos, y que nunca nadie había estado tan enamorado jamás, por estúpido que pueda parecer, como Él y Ella. Que jamás amaría nadie tan fuerte como amaba aquel violinista a su instrumento. Que el amor verdadero nacía de la música de ambos. Que eran el uno para el otro en vida y muerte.


miércoles, 2 de enero de 2013

Año Nuevo.


Año nuevo. Todos celebramos, reímos, algunos nos emocionamos, pasamos la víspera con familiares… ¿Qué celebramos?, me pregunto mientras me intento hacer el nudo de la corbata por tercera vez. No sé del todo bien qué le da ese sentido a esta noche ¿Qué significa todo esto? Yo de pequeño solía pensar que era una excusa para reunirse con la familia todos juntos alrededor de una misma mesa y compartir algo más que platos y recuerdos. Sin embargo, y a pesar de que aún no descarto esa idea, sé esta no es la verdadera razón.
Me coloco frente al espejo. Llevo la misma ropa que el año pasado, pero no estoy siquiera algo semejante a hace trescientos sesenta y cinco días. Veo en mí reflejo algo que me encanta, y sé que un año sí que puede marcar la diferencia por muchísimos que vivamos. Es ese algo en la mirada que mi reflejo me devuelve lo que me convence y convierte en quién soy ahora y quién era, y lo que realmente me hace comprender el significado de este día. De una forma u otra, celebramos un año más en este extraño y maravilloso mundo, celebramos que una vez más han pasado las estaciones y empieza un nuevo ciclo, nos reunimos y nos decimos que todo va bien y que ya ha pasado un año más. Al final, el trasfondo es siempre el mismo: Seguimos aquí. Un año más, seguimos aquí.
Para todos, y a pesar de lo simple que es que termine un calendario y empiece uno nuevo, parece ser algo extraordinario. Amigos y personas especiales te felicitan el fin de año y te dicen que lo han disfrutado contigo y esperan que el que viene sea igual, nos prometemos hacer cosas fantásticas y mejorar en pequeños detalles, nos abrazamos y nos hacemos promesas sobre todos los años más que estaremos juntos igual que este.
Termina la noche para mí, para otros empieza. Mientras me quito los zapatos pienso en la importancia que tiene para muchos un evento que ocurre relativamente cada poco tiempo. Un año no es nada, aún así pueden ocurrir tantas cosas… Pienso en la canción de Mecano dedicada a esta fecha, sonrío mientras canto en mi mente que “todos hacemos por una vez algo a la vez”.
  Me meto en la cama. Es 1 de Enero. Año nuevo, vida nueva, o eso dicen. Yo pienso seguir como siempre, pero mejor que nunca. Cierro los ojos por primera vez en este 2013, y me duermo soñando con lo que traerá.