viernes, 9 de diciembre de 2011

Si estuvieras a mi lado, en este instante...


Ojala estuvieras aquí conmigo, contemplando el fluir del todo, como las hojas caen y el invierno llega. Ojala estuvieras cerca de mí, lo suficiente como para que mi brazo te rodee y te dé mi calor en esta tarde tan fría, para poder decírtelo todo sin decir nada, y que lo supieras todo con el solo roce de mi mano. Aún así no estás a mi lado, y sigo acompañado únicamente de un lápiz mordido y un papel en blanco. A veces me pregunto por qué siempre hay algo entre nosotros, quizás no más importante, pero que nos mantiene a la espera. No estas a mi lado, pero yo imagino que te rodeo con el brazo. Imagino como, juntos, vemos las hojas cayendo mientras hablamos de cosas sin importancia, cualquier cosa con tal de poder oírte. Imagino que me caliento con tu calor, imagino que no soy la única persona sentada en este banco. Pero es solo imaginación. Algún día me sentaré contigo, y podré dejar de imaginar, aun así, creo que es mejor estar solo en este momento; porque puedes tener por seguro, no lo dudes, que si de verdad estuvieras a mi lado no te dejaría marchar, no te querría soltar nunca, y no querría verte irte nunca más.
El banco sigue vacío, y yo sigo esperando a que te sientes a mi lado.

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