Huele a historias frescas.

La noche ha caído hace ya un buen rato, y en las calles de la ciudad, gentes vienen y van. No sé hacia donde, pero ¿acaso ellos mismos saben en que dirección caminan? Yo no voy a ninguna parte. Camino solo, con la única compañía de mis cascos y mi música. Voy sin prisa, por el simple placer del paseo, y entonces, de repente... veo de verdad.

Cuando camino, pensando en mis cosas, no suelo ver lo que me rodea. Estoy distraído, y es entonces cuando la ciudad me encuentra.

Salgo a pasear para chocarme con ella, para que la ciudad me encuentre. Para impresionarme con sus matices y sus luces. Camino mirando a la nada, y de repente, de improviso, alzo la vista y la veo.
Y sonrío, y oigo la música con cada parte de mi alma, la veo de verdad. Ella, tan bella, tan grande, tan vasta, tan dulce. Pero ocupa tan poco espacio... El corazón de los hombres es pequeño, pero mi ciudad me cabe en el mío.

Si te cabe algo tan grande como la ciudad en algo tan pequeño como nuestro inocente corazón, eres capaz de sentir cualquier cosa. Ver el TODO en un grano de arena. Ese es el truco. Ese es mi secreto.

:ElPríncipeAlquimista: