sábado, 14 de enero de 2012

Pensamientos de un Príncipe pensativo.

Trocito sacado de mi libro, que ultimamente me tiene consumido:)

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Yace ahora Maqio tumbado encima de una rama de un árbol bastante gruesa, mirando las estrellas, cuando recuerda su antiguo hogar y la nostalgia lo invade.

Recuerda su origen humano como un viejo retazo olvidado, como un recuerdo de lo que un día fue. Humanos...Joven raza a la que aún mucho le queda por aprender, y que, a diferencia de otras razas pensantes, todavía no tiene el pensamiento fijado. En efecto, la mayor cualidad de una raza joven como la de los Hombres es que entre ellos hay personas buenas, malas, listas, menos listas, astutas e inocentes. Una variedad impresionante de gamas que le dan la profunda ventaja de la incertidumbre a esta joven raza.

El Príncipe cree con toda su alma que los Hombres aun pueden hallar la salvación, que todavía les queda esperanza, y que la Tierra vivirá muchos milenios antes de que los insensatos la destruyan. Cada día mas personas se unen para salvar su Madre Tierra, pero lo harán tarde.

Aunque el Príncipe creía que la Tierra, en un día próximo, se balancearía en el precipicio entre la muerte y la vida, y que entonces, los Hombres abrirán los ojos y verán por primera vez el daño que han hecho. Entonces se levantarán unidos y repararán todo, empezarán desde el principio, olvidando todo lo aprendido, y su planeta revivirá de nuevo como el Ave Fénix. Visto el daño, serán mas sabios y fuertes, y algún día recuperarán sus antiguas glorias.

El renacer de la Tierra está fijado en la mente del Príncipe Alquimista. Él solo espera a confirmarlo. No hay prisa, pues no queda tiempo. Cuando tiempo no queda, hay que perderlo, para no sucumbir ante las garras del estrés.

El Príncipe se duerme, y al día siguiente escribiría esta hermosa historia para que vosotros, jovenes mortales curiosos, pudierais escucharla

1 comentario:

  1. Hay sucesos milagrosos o increibles que no entran dentro de los planes que tienes en tu vida. Este, por ejemplo, es uno de ellos para mí. Jamás pensé leer un libro que fuese, en parte mío, porque quizás tu no logres entender que alguien pueda pensar que un acto tuyo no solo te pertenece a tí, pero no imaginas hasta que punto mis pensamientos viven en tí, tus letras son mis letras y tu trabajo es aquel que siempre quise extrovertir. Un flujo de energía que se transmite de pensamiento a pensamiento, no se si a través de biomateria, energía de algún tipo u horas de reflexiones compartidas. Lo que sí sé es que mis añoranzas se materializan a través de tí.

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